miércoles, 25 de enero de 2012

Samsung Galaxy Tablet P1000


El Samsung P1000 Galaxy Tab es el primer tablet de Samsung  parte de la familia Galaxy de smartphones Android. El Samsung Galaxy Tab posee una pantalla de 7 pulgadas, pero eso no le impide funcionar como teléfono celular normal. Entre sus características se cuenta una cámara principal de 3.2 megapixels, cámara frontal 1.3MP, GPS, Wi-Fi, reproductor de música y videos con soporte DivX, Bluetooth Stereo, integración con redes sociales y ranura microSD. El Samsung Galaxy Tab corre Android 2.2 Froyo con soporte para Adobe Flash y está potenciado por un procesador de 1 GHz.

Y es que, al hablar de tablets, son de momento inevitables las comparaciones y referencias al iPad, le pese a quien le pese. De no ser por este equipo de Apple, es probable que fabricantes como Samsung no estuviesen ahora probando suerte con este tipo de productos, cuyo impacto sobre las ventas de netbooks ya se han encargado de señalar varios analistas y agencias consultoras de mercado.
lo primero que hay que decir del Galaxy Tab es que Samsung ha hecho un buen trabajo con su diseño. Externamente bien rematado, juega de forma bastante distintiva con una carcasa trasera acabada en un blanco perla y un marco frontal negro, que incluye cuatro botones táctiles retroiluminados en la parte inferior.

Sus esquinas y sus bordes son ligeramente curvados y tiene un grosor bastante contenido de 12 milímetros, ligeramente inferior al del iPad, aunque manteniendo el espesor de forma algo más uniforme a lo largo de la carcasa. Su mayor ventaja física respecto al tablet de Apple radica en que se puede sostener cómodamente con una sola mano. Y pesa bastante menos (380 gramos), aunque en esto influye mucho el menor tamaño de su pantalla.
En la base hay un conector alargado para la recarga de la batería y la transferencia de datos vía USB; por arriba se asoma el conector mini-jack para auriculares estándar; el lateral izquierdo está completamente "limpio", y a la derecha lleva un control de volumen, una tecla de bloqueo de pantalla y accesos externos a las ranuras SIM y microSD.
¿Y qué hay de la pantalla? Pues aunque no tenga la tecnología Super AMOLED de la que tanto presume Samsung, lo cierto es que el brillo y los colores resultan bastante correctos. La alta densidad de píxeles juega a su favor en términos de nitidez, pues no en vano cuenta con 600 x 1024 puntos en 7 pulgadas de diagonal.
Los reflejos sobre el panel fueron bastante perceptibles durante el rato que pudimos trastear con él. Claro que, como es habitual en este tipo de ferias, la iluminación del stand de Samsung no es que fuese la idónea. Tampoco logramos despistar a los responsables de la firma lo suficiente como para poder sacar el Galaxy Tab a la calle.


Su mayor ruptura respecto al iPad está en el tamaño. De cara a la navegación web o la reproducción de vídeo pueden echarse en falta esas 3 pulgadas de menos, pero también es cierto que esto le permite al equipo ser sensiblemente más pequeño y transportable. Un formato por el que no sólo apuesta Samsung, sino también otros tablets como el ViewSonic ViewPad 7 o el Archos 70.
De hecho, durante su presentación Samsung insistió bastante en la idea de aprovechar la integración de Google Maps Navegador en Android para usar el Galaxy Tab como GPS personal y fácil de llevar siempre encima (incluso fijándolo a una bici, como se ve en una de las fotos promocionales del producto).
A nivel táctil, el rendimiento de la pantalla es muy satisfactorio. Como pasa precisamente en los móviles de la línea Galaxy, el panel capacitivo del Tab es un buen exponente en cuestiones de suavidad, agilidad de uso y gestos multitáctiles. Al menos a la hora de desplazarnos por los menús y escritorios principales, las transiciones van como la seda y apenas hay lugar para las pulsaciones erróneas.
Un aspecto que llama soberanamente la atención es el de las cámaras: una principal de 3 megapíxeles con autofoco y flash LED y otra para videollamadas encima de la pantalla. Están muy bien y nadie duda de su utilidad, extensible incluso a aplicaciones de realidad aumentada tan curiosas como Layar. Pero parece algo surrealista ponerse a hacer una foto con un trasto tan grande.

Y lo mismo para una sencilla llamada de voz, para cuya recepción el Galaxy Tab puede apoyarse en su altavoz integrado o en cualquier auricular inalámbrico emparejado por Bluetooth. Son funciones que quizás no busque el comprador potencial de este tipo de productos, pero que en el Galaxy Tab se convierten en añadidos.
Jugando la baza de la exhaustividad
Apple ya tiene su primer competidor "fuerte" en el joven sector de los tablets. Y como ya pasó con los primeros "iPhone-killers", el Galaxy Tab cubre perfectamente aspectos descuidados en el iPad, como una conexión USB por la que transferir libremente toda clase de archivos, un lector integrado de tarjetas de memoria o la inclusión de soporte Flash en el navegador web.
Pero Samsung da un paso más e incluye prestaciones que, sobre el papel, no son tan necesarias en un tablet, como las llamadas de voz y vídeo por la línea telefónica o una cámara de calidad relativamente alta. Esta exhaustividad en las prestaciones, sumada a la apuesta por un formato más reducido, nos hace dudar de si Samsung quiere competir abiertamente con Apple o prefiere rehuir la confrontación directa, buscando un nicho de mercado distinto.
Sea lo que sea, lo cierto es que al final el mejor argumento a favor del Galaxy Tab no es otro que el competidor más incipiente de Apple en el sector de los smartphones: Android. Denle al pueblo una experiencia de usuario satisfactoria (y un buen catálogo de aplicaciones, a diferencia de lo que hace Archos con AppsLib y lo que parece que va a hacer Toshiba en el Folio 100), y el pueblo estará contento. El tiempo dictará sentencia sobre el interés que despierten las funciones añadidas.



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